Le falta poco para ser chef egresada de la Academia de ArtesCulinarias de Caracas (AACC). Valora muchísimo el arte de crear y confeccionar postres
y tortas, por lo que espera sacarle provecho y establecer su propio negocio
Fotografía: por Joana Gomes
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La joven entró al mundo gastronómico porque quiso probar con
una carrera que le había llamado la atención, no tanto al principio, pero que
luego se enamoró por completo.
Asegura que lo más satisfactorio de vender sus postres
es “el saber que tiene clientes fieles que valoran tu trabajo” aseguró. Espera
muy pronto abrir un negocio, en el cual que se evoque lo casero y lo
tradicional.
—¿Cómo
entraste al mundo de la repostería?
—Nosotros
vemos muchas materias en la AACC, pero la que adoré desde el principio fue
pastelería. Además ya había hecho cursos de tortas antes de entrar y ya venía
trayendo ese gusto por crear dulces.
—¿Desde cuándo
consideraste este oficio como un negocio?
—Desde
que estaba entrando al segundo año de estudiar en la AACC. Empecé a vender cupcakes
durante dos meses, luego entre los estudios y las pasantías no pude
seguir. Pero, se le ve ganancia.
—¿Cómo
es ese proceso en casa?
—Es
complicado, no es lo mismo de trabajar en una cocina equipada con un gran horno
que trabajar en casa. Tengo una batidora pequeña y las mezclas se hacen en dos o tres partes.
Busco la receta en internet, si veo que puedo hacerla me
animo. La repito varias veces hasta encontrar la perfección, pues en la cocina
los conocimientos se logran es con la práctica. Además, en la repostería no se
resuelve, pues todo es exacto. Si te equivocaste debes volver a empezar.
—¿Esperas
abrir tu negocio?
—SÍ. Yo quiero un café pequeño, reservado, con un
toque casero, vintage, en el cual tenga dos áreas de comida y de dulces,
todos preparados por mi, por supuesto. Quiero que sea un lugar sencillo, pero
que se sientan los clientes a gusto.
—¿Tienes
clientes fieles?
—Sí, siempre me están llamando para
preguntar si he hecho alguno de los postres, pues a veces me pierdo un poco,
pero vuelvo porque los clientes me lo exigen y no hay nada más satisfactorio
que ellos te tengan como referente para comprar tus dulces. Eso es positivo
porque al suceder esto estamos construyendo una marca.
—¿Qué
mensaje quieres compartir con aquellas que aún
no lo han considerado como un negocio?
— ¡Inténtelo!,
no se pongan a pensar en el país o la situación si es caro o no. Entiendo que
es un poco difícil, pero si tú amas este oficio, todo es posible. Tratas de
conseguir los ingredientes, buscas la receta perfecta o verificas cómo crear
sustitutos de otras, en fin… ¡El que quiere, puede!
—¿Cómo
es la repostera emprendedora venezolana?
—Echada
pa’ adelante. Si no consigue lo busca, lo inventa. Le pregunta a todo el mundo cómo
se hacen las cosas que no se consiguen. No se quedan en el aparato. Debe
entregar su pedido, y así se acueste a las tres de la mañana para dejarlo
perfecto, lo hace porque le apasiona su trabajo.
Entrevista realizada por: Robianna Parra
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