La joven merideña es una emprendedora que desde
hace pocos meses ha incursionado en el mundo de la repostería. Asegura que
decidió conocer más sobre el oficio para generar una entrada de dinero extra y
así poder costear parte de su formación académica
Fotografía: por Robianna Parra |
Antonella Urbina es estudiante para tripulante de cabina en Caracas.
Confiesa que sus estudios demandan gastos necesarios, por lo que decidió
emprender un negocio. Su primera opción no fue elaborar dulces, debido a la situación
del país; pero, a pesar de ello, decidió reunir los ingredientes básicos para
hornear muffins sencillos. “Estaba
clara que no tenía suficiente experiencia en esto, por lo que escogí algo
simple y seguro”, comentó.
Piensa que tomó una buena decisión en comenzar con algo pequeño,
pues su objetivo era elaborar dulces sencillos, pero con excelente sabor y
textura. “Busqué muchas recetas y encontré un blog que ofrecía muffins
de diferentes sabores. Realicé el básico, seguí todos los pasos y quedo tal
cual”, aseguró.
—Conoces
la situación de escasez que enfrenta el país, ¿por qué decidiste tomar este
oficio para crear un negocio y no otro?
—Sí, sé perfectamente que los productos no se
consiguen, principalmente la harina de trigo leudante. Además, sé que el cartón
de huevo está súper caro. ¡Y no hablemos de la mantequilla! Pero, el muffin o la magdalena es un ponqué que
resuelve perfectamente una merienda. Mata el antojo. Calma un poco el hambre y
la gente va a pagar por algo que llene el estómago. Por eso decidí emprender en
el área gastronómica, considero que allí hay una entrada de dinero segura,
sobre todo, si ofreces un producto de calidad.
—¿Cómo
aprendiste?
—Busqué en Google varios blogs sobre repostería y llegué a uno que ofrecía recetas de muffins. Las explicaciones eran muy
precisas y me pareció perfecto empezar con algo básico. No es mi intención
hacer tortas y postres elaborados. No tengo tiempo, por lo que aposté por algo
sencillo. Recuerdo que a la quinta vez fue cuando me quedó decente el ponqué.
No se quemó, no se hundió, tampoco estaba crudo. Pero, cuando vi que había
quedado bien su textura y sabor, supe que ya había dominado la receta.
—¿Ha sido difícil entender algunos
términos?
—Un poco. Pero, con solo preguntarle a Google salgo de duda. (Risas)
—¿Se podría decir que el Internet
se volvió tu aliado principal?
—Totalmente. Todas las recetas las busco por
Internet. Nada de libros o revistas. Ahora, no todos los blogs ofrecen recetas óptimas, pues algunas no están bien
explicadas o no se ajustan a la situación del país. Pero, en mi caso, para no
complicarme decidí trabajar solo con muffins
y así no tener que buscar tantos sustitutos al momento de elaborar postres.
Siempre me
ha gustado irme por lo seguro. A pesar de tener poco tiempo en el negocio, ya
tengo un grupo de personas que esperan mi producto. Cuando sucedió esto me
sentí orgullosa, pues logré el objetivo. Estoy trabajando en algo que me
beneficia y además me satisface.
—¿Entonces sí ha dado buenos
resultados?
—Sí. Gracias a esta entrada de dinero he podido
aligerar un poco los gastos, principalmente, los de mi formación académica. No
me puedo quejar.
—¿Qué sabores ofreces?
—Muffins de vainilla, chisps, marmoleados, arequipe,
zanahoria, piña, limón, calabaza y queso. Pero, pienso incluir algo vegano en
mi línea de producción. (Risas)
—¿Esperas más adelante elaborar
otros postres además de muffins?
—Si la situación del país mejora, sí. Del resto,
prefiero reinventar los muffins,
seguir agregando otros sabores y frutas. No me interesa hacer cupcakes. No soy muy partidaria de
decorarlos con tanto dulce y colorantes. No me parece saludable. Además, el
glaseado o la decoración en sí hace que busques otros ingredientes que, lo más
probable, estén escasos y toque buscar los benditos sustitutos.
—¿Te ves continuando en el oficio
a futuro?
—No me lo he planteado. Esto es algo transitorio.
Mi idea principal es costear mis estudios y lo he logrado. Ahora, no sé qué me
depare el futuro, pero no veo mal la idea levantar un negocio. Todo es posible.
—¿Cómo describes a la repostera
venezolana emprendedora?
—Una persona comprometida. La repostera venezolana
se toma en serio su oficio. Esto es un trabajo, en el cual hay que ser
responsable. Trabajamos con alimentos, debemos tener cuidado con lo que
manejamos, por lo que siempre debemos optar por producir postres de calidad.
Entrevista realizada por: Robianna Parra
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