lunes, 9 de mayo de 2016

Antonella Urbina: “La repostera venezolana se toma en serio su oficio”

La joven merideña es una emprendedora que desde hace pocos meses ha incursionado en el mundo de la repostería. Asegura que decidió conocer más sobre el oficio para generar una entrada de dinero extra y así poder costear parte de su formación académica

Fotografía: por Robianna Parra

Antonella Urbina es estudiante para tripulante de cabina en Caracas. Confiesa que sus estudios demandan gastos necesarios, por lo que decidió emprender un negocio. Su primera opción no fue elaborar dulces, debido a la situación del país; pero, a pesar de ello, decidió reunir los ingredientes básicos para hornear muffins sencillos. “Estaba clara que no tenía suficiente experiencia en esto, por lo que escogí algo simple y seguro”, comentó.

Piensa que tomó una buena decisión en comenzar con algo pequeño, pues su objetivo era elaborar dulces sencillos, pero con excelente sabor y textura. “Busqué muchas recetas y encontré un blog que ofrecía muffins de diferentes sabores. Realicé el básico, seguí todos los pasos y quedo tal cual”, aseguró.

—Conoces la situación de escasez que enfrenta el país, ¿por qué decidiste tomar este oficio para crear un negocio y no otro?
Sí, sé perfectamente que los productos no se consiguen, principalmente la harina de trigo leudante. Además, sé que el cartón de huevo está súper caro. ¡Y no hablemos de la mantequilla! Pero, el muffin o la magdalena es un ponqué que resuelve perfectamente una merienda. Mata el antojo. Calma un poco el hambre y la gente va a pagar por algo que llene el estómago. Por eso decidí emprender en el área gastronómica, considero que allí hay una entrada de dinero segura, sobre todo, si ofreces un producto de calidad.

—¿Cómo aprendiste?
Busqué en Google varios blogs sobre repostería y llegué a uno que ofrecía recetas de muffins. Las explicaciones eran muy precisas y me pareció perfecto empezar con algo básico. No es mi intención hacer tortas y postres elaborados. No tengo tiempo, por lo que aposté por algo sencillo. Recuerdo que a la quinta vez fue cuando me quedó decente el ponqué. No se quemó, no se hundió, tampoco estaba crudo. Pero, cuando vi que había quedado bien su textura y sabor, supe que ya había dominado la receta.

—¿Ha sido difícil entender algunos términos?
Un poco. Pero, con solo preguntarle a Google salgo de duda. (Risas)

—¿Se podría decir que el Internet se volvió tu aliado principal?
Totalmente. Todas las recetas las busco por Internet. Nada de libros o revistas. Ahora, no todos los blogs ofrecen recetas óptimas, pues algunas no están bien explicadas o no se ajustan a la situación del país. Pero, en mi caso, para no complicarme decidí trabajar solo con muffins y así no tener que buscar tantos sustitutos al momento de elaborar postres.
Siempre me ha gustado irme por lo seguro. A pesar de tener poco tiempo en el negocio, ya tengo un grupo de personas que esperan mi producto. Cuando sucedió esto me sentí orgullosa, pues logré el objetivo. Estoy trabajando en algo que me beneficia y además me satisface.

—¿Entonces sí ha dado buenos resultados?
Sí. Gracias a esta entrada de dinero he podido aligerar un poco los gastos, principalmente, los de mi formación académica. No me puedo quejar.

—¿Qué sabores ofreces?
Muffins de vainilla, chisps, marmoleados, arequipe, zanahoria, piña, limón, calabaza y queso. Pero, pienso incluir algo vegano en mi línea de producción. (Risas)

—¿Esperas más adelante elaborar otros postres además de muffins?
Si la situación del país mejora, sí. Del resto, prefiero reinventar los muffins, seguir agregando otros sabores y frutas. No me interesa hacer cupcakes. No soy muy partidaria de decorarlos con tanto dulce y colorantes. No me parece saludable. Además, el glaseado o la decoración en sí hace que busques otros ingredientes que, lo más probable, estén escasos y toque buscar los benditos sustitutos.

—¿Te ves continuando en el oficio a futuro?
No me lo he planteado. Esto es algo transitorio. Mi idea principal es costear mis estudios y lo he logrado. Ahora, no sé qué me depare el futuro, pero no veo mal la idea levantar un negocio. Todo es posible.

—¿Cómo describes a la repostera venezolana emprendedora?
Una persona comprometida. La repostera venezolana se toma en serio su oficio. Esto es un trabajo, en el cual hay que ser responsable. Trabajamos con alimentos, debemos tener cuidado con lo que manejamos, por lo que siempre debemos optar por producir postres de calidad.                                      
Entrevista realizada por: Robianna Parra

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